Patología de cadera: ¿cuál puede ser el origen de mi dolor?

El dolor de cadera es un motivo de consulta frecuente en fisioterapia y puede tener diversas causas, desde problemas estructurales hasta disfunciones musculares o referidas desde otras regiones del cuerpo. A pesar de su complejidad, es fundamental dar con el diagnóstico exacto siempre que se pueda con el fin de aplicar el tratamiento adecuado.

La cadera es una articulación clave en la movilidad y estabilidad del cuerpo, y esta puede recibir dolor no solo de la propia articulación sino también de otras zonas de alrededor. Por ello, cuando un paciente acude a consulta, lo principal es averiguar, gracias a la historia clínica y a los tests ortopédicos y funcionales, si el dolor de cadera es de tipo intraarticular o extraarticular, es decir, si se trata de una disfunción de dentro de la articulación de la cadera o si el problema viene desde fuera.

En este artículo, abordaremos las patologías más comunes que pueden generar dolor en la cadera, sus síntomas característicos y la exploración física que se suele hacer para evaluarlas.

Patologías intraarticulares de la cadera

1. Choque o impingement femoroacetabular (FAI)

El choque femoroacetabular o impingement de cadera es una patología en la que existe un contacto anómalo entre el fémur y el acetábulo durante el movimiento. Puede presentarse en tres formas: tipo CAM (prominencia ósea en la cabeza/cuello femoral), tipo PINCER (en el acetábulo) o mixta (combinación de ambas).

Los síntomas principales son:

  • Dolor en la región anterior de la cadera o en la ingle, que puede irradiarse hacia el muslo.
  • Sensación de rigidez y limitación en la movilidad de la cadera, especialmente en la flexión y la rotación interna.
  • Dolor que aumenta con actividades como correr, saltar o permanecer sentado durante largos periodos.
  • En algunos casos, chasquidos o sensación de bloqueo articular.

2. Artrosis/osteoartitis de cadera

La artrosis de cadera es una patología degenerativa caracterizada por el desgaste del cartílago articular con los siguientes síntomas característicos:

  • Dolor en la ingle, cara anterior del muslo o zona glútea, que puede extenderse hasta la rodilla.
  • Dolor mecánico que empeora con la carga en la cadera.
  • Rigidez matutina, que suele mejorar con el movimiento progresivo.
  • Disminución del rango de movimiento con dificultad para realizar movimientos como cruzar las piernas, ponerse calcetines o levantarse de una silla.
  • Crepitación o sensación de fricción en la articulación.

3. Artritis

Es una inflamación de la articulación que puede deberse a enfermedades autoinmunes (como la artritis reumatoide), infecciones o causas metabólicas (gota). Puede aparecer a cualquier edad, incluso en jóvenes.

Tiene síntomas muy parecidos al de la artrosis, pero, además, puede tener un ritmo inflamatorio con dolor nocturno. La diferencia principal con la artrosis es que, mientras que la artrosis suele empeorar con la actividad, la artritis tiende a mejorar. Además, la artrosis es más frecuente en mayores de 50, y la artritis puede aparecer a cualquier edad.

4. Lesión del labrum

El labrum acetabular es un anillo de fibrocartílago que rodea la cavidad de la cadera y ayuda a mantener la cabeza del fémur en su sitio. Puede lesionarse por traumatismos (caídas, deportes de contacto), por movimientos repetitivos en deportes de impacto (fútbol, artes marciales, danza) o por alteraciones estructurales como el pinzamiento femoroacetabular o (FAI).

Los síntomas principales son:

  • Dolor profundo en la ingle o en la parte lateral de la cadera, que puede empeorar al estar mucho tiempo sentado, girar o correr.
  • Chasquidos, bloqueos o sensación de enganche
  • Inestabilidad o pérdida de fuerza.

5. Fractura intraarticular

Se trata de una rotura ósea que afecta a la superficie articular de la cadera, dañando tanto el hueso como el cartílago. Suele producirse tras traumatismos de alta energía en personas jóvenes (accidentes de tráfico, caídas fuertes) o por caídas de baja energía en personas mayores con osteoporosis.

Síntomas principales:

  • Dolor intenso e inmediato que impide apoyar la pierna, inflamación rápida y pérdida total de movilidad.
  • En casos más graves puede haber deformidad visible, acortamiento de la pierna y necesidad de cirugía urgente.

6. Necrosis avascular de la cabeza femoral

Es la pérdida de vitalidad del hueso de la cabeza del fémur debido a una disminución o interrupción de la circulación sanguínea. Puede aparecer tras fracturas de cadera, luxaciones, consumo prolongado de corticoides, alcoholismo o enfermedades sistémicas.

Síntomas principales:

  • Dolor progresivo y persistente en la ingle, que puede irradiar al muslo o al glúteo.
  • Con el tiempo se produce rigidez, limitación de movimientos (sobre todo rotación interna y flexión) y cojera evidente.
  • Sin tratamiento, puede avanzar a una artrosis severa de cadera.

Patologías extraarticulares de la cadera

1. Bursitis trocantérea y/o tendinopatía glútea (trocanteritis)

La bursitis es la inflamación de la bursa que amortigua el roce entre el trocánter mayor del fémur y los tendones glúteos. A menudo se asocia a tendinopatía del glúteo medio o menor, por sobreúso, debilidad muscular o alteraciones en la marcha. Es una causa muy común de dolor lateral de cadera en adultos.

Síntomas principales:

  • Dolor localizado en la parte externa de la cadera, que empeora al caminar largas distancias, subir escaleras o hacer movimientos repetitivos de la cadera.
  • Aumento del dolor al acostarse sobre el lado afecto.
  • Dolor o sensibilidad a palpación del trocánter mayor del fémur.
  • Puede irradiarse hacia la parte lateral del muslo.

Otras tendinopatías frecuentes en la cadera:

  • Tendinopatía del psoas: Dolor en la ingle, sobre todo al subir escaleras o al flexionar la cadera contra resistencia.
  • Tendinopatía de los isquiotibiales proximales: Dolor en la zona glútea baja, que empeora al correr, esprintar o permanecer sentado mucho tiempo.

2. Pubalgia o dolor inguinal relacionado con la articulación de la cadera

Dolor en la región púbica y/o en la ingle, frecuente en deportistas que realizan gestos explosivos o cambios bruscos de dirección (fútbol, hockey, rugby). Puede deberse a sobrecarga de los aductores, debilidad de la musculatura abdominal o inestabilidad de la cadera.

Síntomas principales:

  • Dolor profundo en pubis o ingle que aumenta con el esfuerzo, especialmente al chutar, girar, correr o levantarse tras estar sentado.
  • En fases crónicas, el dolor puede volverse constante y afectar incluso a las actividades de la vida diaria.

3. Síndrome de la cintilla iliotibial

Es una irritación de la banda iliotibial, un tejido fibroso que va desde la cadera hasta la rodilla, al rozar repetidamente contra el fémur lateral. Es típico en corredores de larga distancia y ciclistas, por sobreúso y desequilibrios musculares. Aunque suele notarse más en la rodilla, su origen está en la cadera y en la tensión de la fascia.

Síntomas principales:

  • Dolor en la parte externa de la rodilla que puede ascender hacia la cadera.
  • Empeora al correr (especialmente cuesta abajo o en superficies inclinadas), al bajar escaleras o tras entrenamientos largos.

4. Dolor referido desde la columna lumbar

Muchas veces el dolor que se percibe en la cadera no proviene de la propia articulación, sino de problemas en la zona lumbar, es lo que se llama dolor somático referido, que puede venir del disco, la faceta o el sacro. Este dolor se “refiere” a la cadera porque los nervios que inervan la zona lumbar también llevan información hacia la cadera y la pierna, pero eso no quiere decir que haya un problema en el propio nervio.

El síntoma principal es el dolor en glúteo, cara lateral de la cadera o incluso en la ingle, que se acompaña de molestias lumbares. En algunos casos, si el problema está en el propio nervio, también puede haber sensación de acorchamiento, debilidad u hormigueo en la pierna.

En conclusión, el dolor de cadera puede tener múltiples orígenes, y una evaluación precisa es fundamental para su diagnóstico. A través de la historia clínica, pruebas funcionales y estudios por imagen, se pueden identificar las diferentes patologías y determinar el abordaje más adecuado. Si experimentas dolor persistente en la cadera, es recomendable acudir a un profesional de la salud para una valoración detallada.

BIBLIOGRAFÍA:

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Autora: Paula del Toro (Fisioterapeuta)

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