Las tendinopatías, o comúnmente denominadas ‘’tendinitis’’ y las roturas del tendón de Aquiles son dos tipos de lesiones bastante frecuentes del tendón de la parte trasera del pie y tobillo. Estas lesiones son más habituales en deportistas, especialmente en aquellos cuyo deporte implica realizar saltos y cambios de dirección, como corredores, futbolistas, jugadores de baloncesto, en el tenis, etc. En este artículo de blog te contamos qué es el tendón de Aquiles y qué función tiene, y hablaremos sobre dos de las patologías más frecuentes del mismo.
Anatomía y función del tendón de Aquiles
El tendón de Aquiles es el más largo y fuerte del cuerpo humano, siendo capaz de soportar hasta 10 veces nuestro peso corporal. Se encuentra en la parte posterior de la pierna y conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón. Esos músculos de la pantorrilla son los gemelos y sóleo, además de una pequeña contribución del músculo plantar, formando el compartimento superficial posterior de la pierna.
El tendón de Aquiles es fundamental para caminar, correr y realizar cualquier actividad que implique saltar o flexionar el tobillo, ya que está sometido a las mayores cargas del cuerpo, como en la carrera, el salto y la subida y bajada de cuestas.
El tendón de Aquiles está formado por tejido conjuntivo fibroso, compuesto principalmente por colágeno y elastina, y se divide en tres secciones:
- Parte proximal: Se une a los músculos de la pantorrilla (gemelo y sóleo).
- Parte media: La más larga y resistente del tendón.
- Parte distal: Se inserta en el hueso del talón (calcáneo).
¿Lo que tengo es una tendinitis o una rotura del tendón?
Es importante diferenciar entre una tendinitis y una rotura del tendón de Aquiles, ya que la segunda es una lesión grave que en la mayoría de casos requiere de intervención quirúrgica, mientras que la primera no.
A nivel del tendón de Aquiles se pueden producir diversas patologías además de la tendinitis o la rotura, como la tendinosis (proceso crónico con degeneración del tendón) y la bursitis (inflamación de las bursas, las cuales son bolsas serosas llenas de líquido que se encuentran entre los huesos y el tendón, ayudando a éste a deslizarse con mayor facilidad).
Tendinitis del tendón de Aquiles
También conocida como tendinopatía aquílea, se trata de la inflamación del tendón de Aquiles que se produce generalmente por microlesiones repetitivas que causan degeneración del tejido tendinoso. Es una lesión común en corredores, deportistas y personas que realizan actividades que exigen mucho del tobillo.
Los síntomas principales son:
- Dolor en la parte posterior del tobillo, especialmente al iniciar la actividad, al subir escaleras o al ponerse de puntillas.
- Rigidez matutina en el tobillo.
- Hinchazón en la zona del tendón.
- Dificultad para flexionar el tobillo.
- Sensación de debilidad o inestabilidad en el tobillo.
Rotura del tendón de Aquiles
La rotura del tendón de Aquiles es un desgarro completo o parcial del tendón. Es una lesión aguda que causa dolor intenso e incapacidad para caminar o apoyar el peso en el pie afectado. Suele ocurrir durante actividades que implican un esfuerzo repentino, como saltar, correr o cambiar de dirección, y es más común en deportistas de élite.
Sus síntomas más habituales son:
- Dolor agudo e intenso en la parte posterior del tobillo, como una «patada» o un «chasquido».
- Incapacidad para caminar o apoyar el peso en el pie afectado.
- Hinchazón y hematoma en la zona del tendón.
- Debilidad en el tobillo y dificultad para moverlo.
La principal diferencia entre la tendinitis y la rotura del tendón de Aquiles es la gravedad de los síntomas. La tendinitis causa dolor tolerable y molestias, pero generalmente permite caminar y realizar actividades con normalidad. En cambio, la rotura del tendón de Aquiles produce un dolor intenso e imposibilidad para caminar con normalidad.
¿Qué tratamiento tiene cada lesión del tendón?
Cada tipo de lesión tendrá un tratamiento totalmente diferente, ya que el de la tendinitis del tendón de Aquiles suele ser conservador, mientras que el de la rotura habitualmente es quirúrgico.
El tratamiento de una tendinitis se lleva a cabo a través de la fisioterapia deportiva y, en la fase aguda generalmente se inicia con el cese de la actividad deportiva de forma temporal. En algunos casos sí que se puede continuar con la actividad deportiva pero modificando la actividad, bajando la intensidad de la misma o disminuyendo la frecuencia de los entrenamientos. En algunos casos, conviene aplicar medidas antiinflamatorias como frío local y medicamentos analgésicos y anti-inflamatorios.
Desde la fisioterapia también se pueden aplicar técnicas de terapia manual y de electroterapia durante todo el proceso, desde el inicio de los síntomas hasta que ya casi han desaparecido.
Una vez a disminuida o desaparecida la inflamación, se puede iniciar el periodo de recuperación activa, donde el fisioterapeuta combinará ejercicios de fuerza progresiva, de movilidad de tobillo, de flexibilidad, estabilidad, propiocepción y, en algunos casos, de potencia muscular y trabajo pliométrico (saltos, correr, etc).
La tendinitis del tendón de Aquiles suele ser una patología aguda, que no suele dar síntomas durante más de 3 a 6 meses pero, en algunos casos, esta puede cronificar y generar un cuadro clínico con degeneración del tendón. En esos casos, se debe seguir con tratamiento conservador pero, si este no funcionara puede ser necesario recurrir al tratamiento quirúrgico, aunque antes se podría probar con infiltraciones locales.
El objetivo de este tratamiento es eliminar ese tejido fibroso poco vascularizado, y permitir el crecimiento de un tejido sano no doloroso y con buen riego sanguíneo que sustituya al tejido dañado.
La forma más grave de lesión del tendón de Aquiles es la ruptura aguda del mismo, en la cual el tratamiento es habitualmente quirúrgico, especialmente en deportistas. Este consiste en la sutura directa del tendón para reparar el tendón desgarrado y restaurar su función.
Tanto en la tendinitis como en la rotura del tendón de Aquiles, la fisioterapia y la movilización precoz son pilares fundamentales para una recuperación exitosa.
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Autora: Paula del Toro (Fisioterapeuta)