La Neuropatía de Baxter, también conocida como atrapamiento del nervio plantar lateral o del nervio calcáneo inferior, es una causa poco conocida pero significativa de dolor en el talón. Aunque muchas veces este dolor se atribuye a la fascitis plantar, estudios recientes sugieren que esta neuropatía puede representar hasta el 20% de los casos de dolor crónico en el talón.
A continuación, te explicamos en qué consiste esta patología, cómo se diagnostica, cuál es el papel de la fisioterapia en su manejo y qué pronóstico tiene, siempre basándonos en la evidencia científica más actualizada.
¿Qué es la Neuropatía de Baxter?
La Neuropatía de Baxter es una compresión o atrapamiento del nervio plantar lateral, específicamente de su rama muscular, el nervio de Baxter (rama del nervio tibial posterior), que inerva al músculo abductor del dedo meñique del pie y también a partes de la fascia plantar y del periostio calcáneo.
Este atrapamiento ocurre típicamente a nivel del receso fascial entre el músculo abductor del hallux y el cuadrado plantar, y puede deberse a varias causas como hipertrofia muscular, sobreuso, cambios degenerativos, o incluso biomecánicas como el valgo del retropié o el exceso de pronación.

Síntomas principales de la neuropatía de Baxter
La presentación clínica de la Neuropatía de Baxter puede solaparse con otras causas de dolor plantar, lo que dificulta su diagnóstico. Los síntomas más comunes incluyen:
- Dolor en la cara medial o inferomedial del talón, que puede irradiarse hacia el arco plantar.
- Sensación de ardor, entumecimiento u hormigueo, especialmente al estar mucho tiempo de pie o al caminar.
- Dolor matutino o al iniciar la marcha, aunque menos intenso que en la fascitis plantar.
- En casos crónicos, puede observarse atrofia del músculo abductor del quinto dedo del pie.
Es importante destacar que, a diferencia de la fascitis plantar, el dolor no mejora al estirar la fascia plantar (incluso puede empeorar), y puede incrementarse con ciertas posturas o movimientos.
Diagnóstico: ¿Cómo se detecta?
El diagnóstico de esta neuropatía es eminentemente clínico, aunque puede ser apoyado por estudios complementarios. Una evaluación detallada incluye:
Exploración física
- Palpación dolorosa en la zona anterior y medial/interna del calcáneo o hueso del talón, a menudo sobre el trayecto del nervio.
- Prueba de Tinel positiva sobre el trayecto del nervio, donde hay que hacer una ligera percusión con un martillo de reflejos sobre la rama afectada y ver si parecen hormigueos o dolor por la zona explorada. Esta prueba no es específica para la neuropatía de Baxter, pero si da positivo indica que puede haber irritación o atrapamiento nervioso.
- Alteración sensitiva en el borde lateral del talón o planta del pie.
- Pruebas funcionales para evaluar biomecánicas anómalas en el pie (pronación excesiva, valgo, limitación de la movilidad de tobillo por acortamientos musculares, etc.).

Pruebas de imagen
- Ecografía musculoesquelética: útil para descartar fascitis plantar y para identificar engrosamiento del nervio o signos de compresión.
- Resonancia magnética (RM): puede mostrar cambios en el músculo abductor del quinto dedo por denervación (atrofia, edema).
- Electromiografía (EMG): puede confirmar la compresión del nervio de Baxter, especialmente en casos avanzados.

Valoración en fisioterapia
Desde fisioterapia, la exploración se centra tanto en la valoración neurodinámica como biomecánica. Los siguientes aspectos son fundamentales:
- Test de sensibilidad: se explora la posible hipoestesia o disestesias en la región plantar lateral.
- Evaluación de la marcha y apoyo planta: en podología se puede complementar con una valoración baropodométrica.
- Test neurodinámicos del nervio tibial: que permiten comprobar el estrés mecánico sobre el nervio atrapado.
- Valoración de la flexibilidad del tríceps sural, fascia plantar, isquiotibiales y músculos intrínsecos del pie.
- Evaluación de posibles disfunciones de la articulación subastragalina y mediopié.
- Valoración funcionalidad de pie y tobillo: sentadillas, aguantar a la pata coja, subir y bajar escaleras, etc.
Esta información es clave para evaluar las posibles disfunciones y así diseñar un tratamiento individualizado y eficaz.
Tratamiento: ¿Cuál es el abordaje más eficaz?
El tratamiento conservador es la primera línea de manejo y puede evitar procedimientos invasivos si se aplica de forma precoz. La evidencia científica respalda varias estrategias:
Tratamiento fisioterapéutico
- Educación del paciente: se explica el diagnóstico, pronóstico y el objetivo del tratamiento, haciendo hincapié en la modificación de cargas y hábitos posturales.
- Terapia manual: se usan diversas técnicas para aliviar el dolor, como masoterapia, movilización de tejidos blandos y de articulaciones del pie y tobillo o neurodinamia del nervio tibial.
- Ejercicio terapéutico: fortalecimiento progresivo de los músculos del pie y del core, reentrenamiento de la marcha (si es necesario) y estiramientos específicos del tríceps sural, fascia plantar y isquiotibiales.
- Electroterapia: Se puede usar el TENS, la electroestimulación, neuromodulación, etc.
- Vendaje funcional u ortesis: Soportes plantares personalizados que reduzcan la hiperpronación pueden aliviar la compresión del nervio.

Otras opciones conservadoras
- Infiltraciones con corticoides: se consideran en casos refractarios, pero con precaución por el riesgo de atrofia de la almohadilla plantar.
- Fármacos neuromoduladores: como la pregabalina, pueden ser considerados si hay síntomas de dolor neuropático significativo.
Cirugía
En casos donde el tratamiento conservador fracasa (generalmente más de 6 meses sin mejoría), puede indicarse la liberación quirúrgica del nervio de Baxter. Aunque suele tener buenos resultados, debe ser una opción de último recurso.
Pronóstico
El pronóstico es generalmente favorable con un tratamiento temprano y adecuado. La recuperación suele comenzar entre las 4 y 8 semanas desde el inicio del tratamiento, aunque los casos más crónicos pueden tardar varios meses.
Los factores que empeoran el pronóstico incluyen:
- Demora en el diagnóstico.
- Sobrecarga continuada o alteraciones biomecánicas no corregidas.
- Factores psicosociales importantes (hipervigilancia, miedo excesivo, catastrofismo, incapacidad laboral, etc.).
- Comorbilidades como la obesidad o la diabetes.
Un enfoque interdisciplinar, que incluya fisioterapia, podología y en algunos casos medicina del dolor o neurología, mejora significativamente los resultados a largo plazo.
En conclusión, la Neuropatía de Baxter es una entidad sub diagnosticada, pero frecuente en pacientes con dolor plantar crónico. Distinguirla de otras patologías como la fascitis plantar es esencial para aplicar un tratamiento eficaz. Desde fisioterapia, un enfoque individualizado, permite abordar el origen del problema y mejorar notablemente la calidad de vida del paciente. Si te han diagnosticado esta neuropatía, no dudes en consultar con un fisioterapeuta para iniciar cuanto antes el tratamiento más adecuado.
BIBLIOGRAFÍA:
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Autora: Paula del Toro (Fisioterapeuta)