En contra de la opinión popular, los problemas y dolores de espalda no sólo se producen como consecuencia de trabajos dinámicos, esto es, levantar cargas pesadas o levantarlas incorrectamente; los trabajos de esfuerzo estático como el mantenimiento de posturas fijas durante largo tiempo pueden ser tanto o más perjudiciales para nuestra espalda como un gran esfuerzo mal realizado.
Dentro de los factores de riesgo que afectan a la columna vertebral encontramos los relacionados con el trabajo dinámico, levantamiento de cargas pesadas, levantamiento de cargas de forma incorrecta, realización de movimientos de forma incorrecta, etc. pero también los relacionados con el trabajo estático, posturas inadecuadas, forzadas y sobretodo prolongadas.
La prevención en el segundo grupo implica la variación de la postura cada cierto tiempo, si permanecer en la misma posición por largos períodos de tiempo puede ocasionar dolor, variar de forma consciente la postura para alternar los músculos que trabajan en mantener la postura es necesario para prevenir el dolor. Lo más recomendable, aparte del constante cambio de posición, es realizar pausas y realizar movimientos suaves de estiramientos de aquellos músculos que con mayor frecuencia sufren acortamiento. Así, por ejemplo, las personas que deban permanecer sentadas durante muchas horas deben levantarse cada cierto tiempo y realizar dichos estiramientos. Si se debe permanecer en la posición de pie habrá que tratar de mantener de forma alterna un pie elevado del suelo descargándolo sobre alguna estructura (reposapiés, escabel, etc.), separar los pies aumentando la base de sustentación y adelantar alternativamente una u otra pierna cambiando periódicamente el peso.
Sin embargo para el primer grupo, en el que es necesario levantar peso e incluso moverlo, realizar correctamente los movimientos implicados es la mejor forma de prevenir el dolor de espalda: Aproximación de la carga al cuerpo; el tronco correctamente alineado flexionando las piernas; los pies bien situados buscando el equilibrio, es decir, ligeramente separados, ligeramente adelantado uno respecto del otro para aumentar el polígono de sustentación, orientados en la dirección que luego se va a tomar, enmarcando la carga; evitar los movimientos de torsión; aprovechar el peso de nuestro cuerpo y la reacción de los objetos (por ejemplo, tendencia a la caída, elasticidad, etc.) y asir bien el objeto a levantar y transportar.