Cuando tenemos una lesión, como consecuencia de una torcedura, lo primero que hay que hacer es seguir las normas básicas reposo, hielo, compresión y elevación
Los síntomas más comunes son la impotencia para caminar, dolor local, hinchazón de la articulación y moretones alrededor del tobillo. El dolor empeora al caminar, estar de pie, presionar en el área dolorida o mover el tobillo hacia adentro.
Si creemos padecer un esguince el fisioterapeuta aconseja:
1. Tratar de no caminar ni apoyar con el pie afectado
2. Aplicar frío: debemos aplicarlo de inmediato en la zona con el fin de evitar un mayor hinchazón. “Si estamos en casa hay soluciones como la bolsa de gel frío o la bolsa de guisantes congelados”, no debemos aplicarlo directamente sino con una tela o paño.
3. Elevar la zona mientras estamos en reposo para ayudar a que la hinchazón no aumente en nuestra articulación, lo mejor, tumbados con la articulación lesionada por encima de la altura del tronco.
Aproximadamente entre un 10-30% de los pacientes que sufren esguince de tobillo sufren secuelas residuales. Esta patología residual varía desde inestabilidad funcional, que puede derivar en un esguince recurrente, inflamación, dolor recurrente e inestabilidad mecánica.
Aunque muchos esguinces de tobillo no se pueden prevenir, se puede disminuir el riesgo de esguince si se siguen los siguientes consejos:
* Descansar al sentir cansancio al hacer deporte o ejercicio.
* Hacer ejercicios que fortalezcan los músculos de la pierna y el pie.
* Usar el calzado adecuado para la actividad que vayamos a realizar.
* Aprender las técnicas adecuadas para realizar ejercicio o hacer deporte: esto disminuirá el estrés en todos los músculos, ligamentos y tendones.
* Si se ha producido con anterioridad una lesión de tobillo no tratada es más probable sufrirla de nuevo, por ello aunque ya no exista dolor hay que concluir el tratamiento de fisioterapia con su respectivo fortalecimiento y trabajo propioceptivo.
* No emplear tobilleras a menos que esté indicado por gran laxitud e inestabilidad de tobillo del paciente. Esta práctica no previene la lesión, en vez de ello nos hace dependientes al no permitir al cuerpo que trabaje con normalidad a nivel circulatorio, además, los receptores sensitivos que existen en la articulación acaban alterándose.