La tendinitis calcificante de hombro es una de las patologías más frecuentes que afectan la articulación del hombro. Se caracteriza por la formación de depósitos de calcio en los tendones del manguito rotador, especialmente en el tendón del supraespinoso.
Aunque puede ser extremadamente dolorosa y limitar significativamente la movilidad del hombro, esta afección cuenta con diversas opciones de tratamiento que permiten aliviar los síntomas y restaurar la función articular. Además, no todas las calcificaciones de hombro son dolorosas, a veces se encuentran casualmente al hacer una radiografía de hombro por otro motivo.
En este artículo abordaremos sus causas, síntomas, diagnóstico y, sobre todo, los tratamientos médicos y fisioterápicos disponibles para su manejo.

¿Cuáles son las causas de la tendinitis calcificante?
La tendinitis calcificante de hombro es una causa frecuente de dolor de hombro en personas entre los 40 y los 50 años, sin ningún desencadenante conocido. Afecta algo más a las mujeres que a los hombres, y también algo más al brazo dominante.
La tendinitis calcificante no tiene una causa única, y su origen exacto sigue siendo motivo de investigación. Sin embargo, existen varios factores que pueden contribuir a su aparición:
- Degeneración tendinosa: Con la edad, los tendones pierden elasticidad y resistencia, lo que puede favorecer la acumulación de calcio como respuesta a microlesiones crónicas. Se ha visto que la edad más frecuente de aparición es entre los 40 y los 50 ños.
- Isquemia local: Una disminución del flujo sanguíneo en el tendón puede desencadenar un proceso de calcificación.
- Sobrecarga mecánica: Movimientos repetitivos o esfuerzos excesivos pueden dañar el tendón y facilitar la aparición de depósitos de calcio.
- Factores metabólicos: Alteraciones en el metabolismo del calcio, como en casos de enfermedades tiroideas o diabetes, también pueden estar relacionadas.
En algunos casos, la tendinitis calcificante puede presentarse sin causa aparente, lo que se denomina idiopática.

Síntomas más frecuentes de la tendinitis
La sintomatología de la tendinitis calcificante varía según el tamaño y la localización del depósito de calcio, así como el estadio de la enfermedad. Como hemos mencionado, no todas las calcificaciones son dolorosas.
Los principales síntomas incluyen:
- Dolor agudo o crónico: Generalmente localizado en la parte anterosuperior del hombro, que puede extenderse hacia el brazo, y que normalmente aparece con el movimiento, pudiendo dar un dolor de tipo pinchazo. En fases agudas, el dolor puede ser extremadamente intenso y limitar severamente las actividades diarias.
- Rigidez articular: Dificultad para realizar movimientos como levantar el brazo por encima de la cabeza con sensación de rigidez.
- Disminución de la fuerza: Particularmente al realizar actividades que implican elevación o rotación del brazo.
- Dolor nocturno que interfiere con el sueño y dificulta encontrar una posición cómoda.
- Inflamación: En algunos casos, se puede observar hinchazón alrededor de la articulación del hombro.
Es importante destacar que la mayor parte de los pacientes se curan solos, la calcificación termina desapareciendo con el tiempo, aunque suele tardar en hacerlo.
¿Cómo se diagnostica la tendinitis calcificante?
El diagnóstico de la tendinitis calcificante se basa en una combinación de historia clínica, examen físico y estudios de imagen:
- Historia clínica y examen físico: El médico o fisioterapeuta evaluará los síntomas del paciente, la limitación del movimiento y las áreas de dolor a la palpación.
- Radiografía: Es la herramienta diagnóstica principal, ya que permite visualizar los depósitos de calcio en los tendones del hombro.
- Ecografía: Utilizada para evaluar el tamaño y la consistencia de los depósitos, así como el estado general del tendón.
- Resonancia magnética: Se emplea en casos más complejos para descartar otras patologías del manguito rotador.
Un diagnóstico preciso es esencial para determinar el tratamiento más adecuado.
Tratamiento de la tendinitis
El tratamiento de las tendinitis calcificantes depende mucho de los síntomas. Aquellos que no tienen dolor, no necesitan tratamiento, ya que la mayor parte de las calcificaciones de hombro se acaban reabsorbiendo y desapareciendo con el tiempo. Para aquellos con dolor, el tratamiento busca aliviar el dolor, reducir la inflamación, eliminar los depósitos de calcio y restaurar la movilidad y la funcionalidad del hombro, y suele incluir tanto tratamientos médicos como fisioterápicos.
Tratamiento Médico
El primer profesional al que deben acudir los pacientes es al médico, habitualmente al traumatólogo. Este, después del diagnóstico y evaluación, iniciará el tratamiento con analgésicos, generalmente antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) de acuerdo a la intensidad de los síntomas y recomiendan poner frío local con una bolsa de hielo 10 o 15 minutos cuatro o cinco veces al día lo que hará, probablemente, que el dolor de la tendinitis calcificante ceda en pocos días.
Si no es así, el médico suele recurrir a infiltraciones con anestésicos locales, combinados o no con un corticoide. Una vez que el paciente no tiene dolor, se acaba el tratamiento hasta un nuevo brote.
Si a pesar de las infiltraciones el dolor persistiera, además de la fisioterapia (de la que hablaremos después), existen otras técnicas más invasivas como el lavado articular, que es un procedimiento en el que se utiliza una solución salina para disolver y eliminar los depósitos de calcio mediante una punción guiada por ecografía. Incluso, en casos graves o refractarios, que son la minoría, se puede optar por una cirugía por artroscopia para retirar los depósitos de calcio.
Tratamiento Fisioterápico
Una vez pasada la fase aguda, donde se suelen aplicar analgésicos y, en algunos casos, infiltraciones para controlar el dolor, la fisioterapia puede ser muy necesaria tanto en el alivio de los síntomas como en la recuperación funcional del hombro. Es especialmente necesaria en los pacientes que persisten con un dolor crónico, quizás más tolerable pero constante, que les impide realizar muchas actividades cotidianase incluso para aquellos que tienen también limitaciones deportivas.

Un programa de rehabilitación bien estructurado incluye:
- Fase aguda: Cuando el dolor es muy elevado, el enfoque está en el control del dolor y la inflamación.
- Fase intermedia: Cuando el dolor cesa ligeramente, incluir ejercicios para restaurar el rango de movimiento.
- Fase avanzada: Fortalecimiento y retorno progresivo a las actividades funcionales.
Algunas de las técnicas que se suelen usar en fisioterapia son:
- Ondas de choque extracorpóreas: No debe de ser el tratamiento de primera elección, pero pueden ser útiles para ayudar a la reabsorción del calcio, sin éxito de eliminación de los depósitos de calcio en todos los casos.
2. Terapia manual:
- Movilizaciones articulares para mejorar el rango de movimiento.
- Masoterapia para relajar la musculatura adyacente y reducir la tensión.
3. Electroterapia:
- Aplicación de corrientes analgésicas como TENS para controlar el dolor.
- Ultrasonido terapéutico para promover la reabsorción de los depósitos calcificados y reducir la inflamación.
- Ejercicio terapéutico:
Incluyendo ejercicios progresivos para fortalecer los músculos del manguito rotador y estabilizadores del hombro y así recuperar la funcionalidad del brazo. Además, se pueden incluir ejercicios de estabilidad y propiocepción del hombro y de estiramientos, para mejorar la flexibilidad de los tejidos.
5. Terapias de calor y frío:
- Compresas calientes para reducir la rigidez articular.
- Hielo o crioterapia para disminuir la inflamación en fases agudas.
En conclusión, la tendinitis calcificante de hombro es una afección tratable que puede causar molestias significativas si no se aborda adecuadamente. La combinación de tratamientos médicos y fisioterápicos permite aliviar los síntomas, eliminar los depósitos de calcio y recuperar la funcionalidad del hombro. Si experimentas dolor persistente en el hombro, no dudes en consultar a un especialista para obtener un diagnóstico preciso y comenzar el tratamiento adecuado.
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Autora: Paula del Toro (Fisioterapeuta)