‘Mens sana in corpore sano’. Esta cita que usamos como lema en nuestras clínicas, nos viene a decir que la salud mental y la física van de la mano. Cuando las emociones no están siendo gestionadas adecuadamente, pueden afectar al bienestar físico. Este fenómeno se conoce como somatizar y consiste en transformar inconscientemente los problemas psicológicos en síntomas que afectan a nuestro cuerpo. Debes saber que se pueden producir enfermedades psicosomáticas por emociones consideradas como negativas o problemas emocionales derivados del estrés, la ansiedad o la depresión, entre otros. Por tanto, es una consecuencia de la relación entre la mente y el cuerpo.
¿Puedo yo estar somatizando emociones no vistas o mal gestionadas?
Tienes que tener en cuenta que todos podemos somatizar físicamente aquellas emociones que no estamos atendiendo y que de alguna forma inconsciente no queremos ver porque nos duele, nos genera miedo o incertidumbre.
Hay una parábola que explica muy bien el resultado de la somatización emocional en el cuerpo:
Había una vez un cartero que llevaba una carta a una chica del lugar, llamó, pero no le abrió la puerta.
Al día siguiente el cartero volvió a llamar a la puerta, está vez insistiendo más, pero la chica que estaba dentro no quería abrirle, le daba pereza atender esa carta.
Al día siguiente el cartero volvió a llamar, curiosamente la carta se había hecho más grande y la chica sabía que cada vez en esa carta había más cosas escritas y empezó a tener miedo de abrirle.

El cartero cada día llamaba y llamaba más fuerte y la chica intentaba obviarle, un día poniéndose música, otro día viendo la tv…y la carta seguía haciéndose más grande.
Un día la carta era tan grande que la chica ya no pudo mirar para otro lado porque el cartero llamaba tan fuerte que al final tiró la puerta abajo…
Ya era demasiado tarde para poder mirar hacia otro sitio, ya no le funcionaron los cascos de la música ni poner la televisión más alta, el cartero llamó tan fuerte que terminó entrando en la casa para entregarle ese gran sobre y ella tuvo que leer la carta.
Se le hizo un mundo, era un sobre gigante que ahora no sabía por donde empezar, la tristeza se hizo evidente en su rostro y las lágrimas comenzaron a derramarse por sus mejillas, ahora era demasiado.
Hay perfiles de personas que tienen más tendencia a somatizar:
- Personas que son más negativas, pesimistas o catastrofistas.
- Dependientes emocionales.
- Personas que se viven desde una insatisfacción personal.
Una persona que es muy mental y en su día a día, le da muchas vueltas a las situaciones y piensa constantemente o rumia la misma idea durante largos periodos de tiempo, va a terminar con dolores de cabeza intensos. Al final la persona que no está expresando sus preocupaciones o no las está gestionando adecuadamente va a terminar sufriendo dolor de cabeza.
Como este ejemplo hay muchos, te comento algunas afecciones comunes:
- Dolores gastrointestinales/dolores de estómago.
- Migrañas.
- Problemas sexuales.
- Raquialgia.

Consejos para identificar emociones contractivas:
- Los pensamientos intrusivos te generarán emociones negativas.
- El 90% de lo que pensamos no sucede, pero tiene un gran impacto en nuestra salud.
- La mejor alarma es atender nuestro cuerpo que envía pequeñas señales de que algo no va bien, si lo escuchamos e indagamos, veremos la emoción de fondo.
- Traspasar las emociones y no “meterlas debajo de la alfombra” ayuda a evitar que se compriman en el cuerpo.
Recordemos que el cuerpo tiene memoria. La amígdala y el hipocampo son las estructuras cerebrales que determinan esta facilitación. Las dos pertenecen al lóbulo temporal medial, y están relacionadas con sistemas de memoria independientes que interactúan en situaciones emocionales.

Autora: Paloma Insúa (Terapeuta Transpersonal)