¿Por qué me duelen las manos?

Es bastante frecuente sufrir de dolor en las manos y los dedos y lo más probable es que sea porque sufres de artrosis. Anteriormente explicamos lo qué es la artrosis, pero hoy lo resumiremos brevemente y te daremos algunas pautas para manejar la artrosis, en concreto, en las manos.

¿Qué es la artrosis?

Se trata de uno de los trastornos musculoesqueléticos más comunes, con síntomas como dolor, rigidez e incapacidad física. Se produce por la degeneración del cartílago articular e influyen diversos factores como el sobrepeso, sedentarismo, edad avanzada, hábitos tóxicos y otros.

La artrosis puede afectar a cualquier articulación, pero las más frecuentes son las rodillas, caderas, columna y manos. Produce inflamación y cambios estructurales en la articulación, y no siempre produce síntomas, a pesar de que la articulación presente artrosis. Es importante tener en cuenta que el hecho de tener artrosis no conduce necesariamente a tener dolor, ya que el daño estructural no es el que provoca directamente el dolor en la artrosis.

Sí que existen una serie de factores de riesgo que pueden producir artrosis. Por ejemplo, el sexo femenino, ya que las mujeres tienen mayor riesgo de presentar esta patología. Otro es la edad, pues es más prevalente en personas de edad más avanzada que en jóvenes. Además, los trabajos manuales repetitivos y las fracturas o procesos inflamatorios frecuentes suponen otros factores de riesgo importantes para el desarrollo de la artrosis.

¿Qué puedes hacer para disminuir el dolor en tus manos?

Para empezar, debes tener en cuenta que el hecho de sufrir artrosis no va a hacer que vayas a tener dolor toda la vida ni que no vayas a mejorar. Tu sintomatología puede reducirse mucho y puedes mejorar tu calidad de vida pero debes tomar parte activa en el tratamiento.

En primer lugar, te recomendamos acudir a un fisioterapeuta para el manejo de esta patología, ya que este profesional será capaz de ayudarte a mejorar, principalmente con educación terapéutica, terapia manual y ejercicio terapéutico.

La educación permitirá que entiendas la evolución de la patología y qué debes hacer y qué no para mejorar los síntomas además de entender qué factores pueden estar afectando al proceso. La terapia manual tendrá como objetivo mejorar el dolor, con movilizaciones, tracciones, masaje, etc. Por último, el ejercicio activo permitirá recuperar y mantener la funcionalidad, además de reducir el dolor.

En caso de que no puedas, por cualquier motivo, acudir a fisioterapia, te recomendamos que mantengas una vida activa y reduzcas hábitos tóxicos (tabaco, alcohol) y que realices ejercicios de manos para aumentar la fuerza y que reduzcas la incapacidad. En el video que te mostramos a continuación te enseñamos algunos ejercicios que puedes hacer para lograrlo, pero, recuerda, no todo sirve para todo el mundo, por lo que lo ideal sería pedir ayuda y consejo a un profesional.


Autora: Paula del Toro (Fisioterapeuta)

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