Lesiones en los Isquiotibiales: causas, tipos y tratamiento de fisioterapia

Las lesiones en los isquiotibiales son una de las afecciones musculares más comunes, especialmente en deportistas y personas físicamente activas. A menudo ocurren durante actividades que involucran movimientos explosivos, como correr o saltar. Este tipo de lesiones puede ser frustrante debido a su alta tasa de recurrencia y la variabilidad en el tiempo de recuperación. En este artículo, analizaremos en profundidad las lesiones en los isquiotibiales, basándonos en evidencia científica para entender los distintos tipos de lesiones, sus causas y factores de riesgo y cómo abordarlas desde la fisioterapia.

isquiotibiales

¿Qué son los isquiotibiales?

Los isquiotibiales son un grupo muscular compuesto por el bíceps femoral, el semitendinoso y el semimembranoso, ubicados en la parte posterior del muslo. Estas estructuras son esenciales para movimientos como la flexión de la rodilla y la extensión de la cadera, pero debido a su constante uso y carga, están predispuestas a diversas lesiones, especialmente con actividades como correr, saltar y cambiar de dirección.

lesiones isquiotibiales

Causas y factores de riesgo de las lesiones en los isquiotibiales

Las lesiones en los isquiotibiales suelen producirse cuando se somete al músculo a una tensión excesiva. Esto puede ocurrir en situaciones donde el músculo se estira rápidamente o cuando se genera una gran fuerza en una posición alargada, como durante el sprint o al hacer un movimiento explosivo.

Entre las principales causas de estas lesiones se encuentran:

  • Fatiga muscular excesiva: Cuando los músculos están fatigados, son menos capaces de soportar la carga durante actividades intensas, lo que aumenta el riesgo de lesión.
  • Sobreentrenamiento: relacionado con lo anterior, si sometemos a cualquier músculo a una carga más elevada a la que es capaz de soportar, especialmente durante un periodo de tiempo prolongado, es bastante probable que se pueda dar una lesión.
  • Desequilibrio muscular: Si existe un desbalance en la fuerza o la flexibilidad entre los cuádriceps y los isquiotibiales, se aumenta el riesgo de lesión.
  • Falta de calentamiento adecuado: La ausencia de un calentamiento previo a la actividad física disminuye la flexibilidad y la activación neuromuscular de los músculos, lo que los hace más propensos a lesionarse.

Por otro lado, algunos de los factores de riesgo más comunes que pueden aumentar la probabilidad de sufrir una lesión en los isquiotibiales son:

  • Historia previa de lesiones en los isquiotibiales: Uno de los principales factores de riesgo para futuras lesiones es haber sufrido una previamente. Las lesiones mal rehabilitadas o una reincorporación antes de tiempo al deporte aumentan la posibilidad de recaídas.
  • Falta de flexibilidad: Los músculos demasiado rígidos son más propensos a sufrir desgarros.
  • Debilidad muscular y falta de control neuromuscular: Una fuerza insuficiente, además de un control motor deficiente en los isquiotibiales o en los músculos que rodean la cadera, puede aumentar el riesgo de lesión, especialmente a la hora de practicar ciertos deportes que requieren fuerza y potencia en los mismos.

Tipos de lesiones más comunes en los isquiotibiales

A continuación, vamos a mencionar y explicar brevemente cuales son las principales lesiones que pueden afectar a los isquiotibiales, aunque pueda haber otras menos comunes:

1. Distensión muscular

Lesión menos grave que un desgarro, donde las fibras musculares se estiran más allá de su capacidad normal sin llegar a romperse.

Síntomas:

  • Dolor moderado y sensación de “tirón” en la parte posterior del muslo.
  • Molestias al caminar o realizar ciertos movimientos, pero sin pérdida significativa de fuerza.
  • Rigidez muscular al día siguiente de la lesión.
  • Sensibilidad al tacto.

2. Rotura de fibras musculares (desgarro)

Las roturas de fibras consisten en una ruptura parcial o total de un músculo, pudiendo variar desde desgarros parciales (grado 1 y 2) hasta completos (grado 3). En el grado 1 hay un estiramiento excesivo del músculo, sin desgarro significativo, que no afecta gravemente la movilidad ni la fuerza. En el grado 2 hay un desgarro parcial de las fibras musculares y en el grado 3 se da un desgarro completo del músculo. En este último puede haber dolor intenso, incapacidad para mover la pierna afectada y a menudo requiere intervención quirúrgica.

Síntomas:

  • Dolor agudo, intenso y punzante en la parte posterior del muslo.
  • Sensación de “tirón” o “crujido” en el momento de la lesión.
  • Inflamación y hematomas (pueden aparecer en las horas o días posteriores).
  • Dolor al estirar o contraer el músculo con incapacidad para mover la pierna afectada.
  • En casos graves, puede sentirse un “hueco” en el músculo.
  • Debilidad muscular, dificultad para caminar o realizar movimientos que involucren los isquiotibiales.

3. Tendinopatía de los isquiotibiales (tendinitis o tendinosis)

Dolor y falta de funcionalidad en alguno de los tendones de los músculos isquiotibiales habitualmente por sobreúso o estrés repetitivo, especialmente en su inserción proximal en el isquion (debajo del glúteo), aunque también se pueden dar en su inserción distal (en la rodilla).


Síntomas:

  • Dolor sordo y persistente en la parte inferior de los glúteos, que puede irradiarse hacia el muslo.
  • Rigidez o molestia al estar sentado durante largos periodos.
  • Dolor al correr, especialmente en distancias largas o cuesta arriba.
  • Sensación de debilidad o “tirantez” en la región afectada que aumenta con la carga y desaparece al estar en reposo.

4. Síndrome de isquiotibiales proximal o avulsión del tendón de los isquiotibiales

Es una lesión menos común, caracterizada por el desgarro en la inserción de los isquiotibiales cerca del isquion (hueso de la pelvis), generalmente asociado con traumatismos de alta energía como caídas o contracciones muy violentas del músculo con la pierna extendida.


Síntomas:

  • Dolor muy intenso en el glúteo o la parte posterior del muslo, especialmente al sentarse, correr o subir escaleras.
  • Incapacidad para soportar peso o caminar adecuadamente.
  • Deformidad visible en la parte posterior del muslo debido al “ascenso” de los músculos.

5. Síndrome de atrapamiento del nervio ciático

Compresión o irritación del nervio ciático en su paso cercano a los isquiotibiales, causado por tensión o inflamación muscular severa.

Síntomas:

  • Dolor profundo en el glúteo o en la parte posterior del muslo hasta la pierna, pudiendo llegar hasta el pie.
  • Parestesias o sensación de hormigueo o entumecimiento que se extiende por la pierna.
  • Molestias al realizar flexión de cadera prolongada (ej. estar sentado o al correr cuesta abajo).
  • Rigidez al levantarse después de estar sentado.
  • Puede haber falta de fuerza y/o sensibilidad en determinadas regiones de la parte posterior de la pierna.

¿En qué consiste la rehabilitación de las lesiones en los isquiotibiales?

El fisioterapeuta juega un papel crucial en todas las fases de la rehabilitación de las lesiones de los isquiotibiales. Desde la evaluación inicial y la planificación del tratamiento, hasta la reintegración progresiva del paciente a su actividad física, el fisioterapeuta se asegura de que la recuperación sea segura y efectiva.

La rehabilitación de una lesión en los isquiotibiales debe ser progresiva y adecuada a la gravedad de la lesión, siguiendo un plan adaptado a la persona y a la fase de la lesión.

Como en cualquier lesión, el tratamiento se basará principalmente en ejercicio terapéutico. Dependiendo de la lesión, el objetivo del ejercicio será restaurar el rango de movimiento, reducir el dolor, recuperar la fuerza y la masa muscular y mejorar la funcionalidad de la pierna. Se incluirán ejercicios de activación, de fuerza, de estiramiento, de movilidad, de propiocepción, de equilibrio, de coordinación, etc.

Se pueden incluir técnicas complementarias de terapia manual o electroterapia, como los TENS, el ultrasonido, la magnetoterapia, etc. Y también será fundamental la educación terapéutica al paciente para que sepa qué tiene que hacer y qué no con su lesión, además de reducir el miedo y la incertidumbre y, por supuesto, prevenir recaídas.

Por último, antes de regresar al deporte o actividad física, es esencial realizar pruebas funcionales que evalúen la capacidad del músculo para manejar las demandas de la actividad deportiva. Esto incluye ejercicios de agilidad, velocidad y resistencia, entre otros.

En conclusión, las lesiones en los isquiotibiales son comunes, pero con un tratamiento adecuado y una rehabilitación estructurada, se puede minimizar el tiempo de recuperación y reducir el riesgo de recaídas. Existen diferentes tipos de lesiones en esta área del cuerpo y cada una tendrá un tratamiento diferente, aunque casi todas las lesiones se basarán en un plan de ejercicio terapéutico y cada. Es fundamental contar con la guía de un fisioterapeuta a lo largo de todo el proceso para asegurar una recuperación completa y segura.

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Autora: Paula del Toro (Fisioterapeuta)

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