La impotencia sexual o disfunción eréctil se encuentra entre las patologías más frecuentes del área sexual masculina. Se manifiesta como una imposibilidad pertinaz de lograr o mantener el pene erecto para culminar una penetración satisfactoria. Es lo que la jerga popular ha denominado tradicionalmente un “gatillazo” a la hora de mantener relaciones sexuales. Pero conviene distinguir la disfunción eréctil de otras anormalidades de similares consecuencias como pueden ser la pérdida de libido o ardor sexual o los diferentes trastornos del orgasmo como la ausencia de eyaculación.
La envergadura del problema queda avalada por un dato elocuente: afecta a un porcentaje próximo al 25 % de hombres mayores de 40 años, entre los cuales hay una actitud mayoritaria de ocultación ante su médico, renunciando a buscar una posible solución.
Las ondas de choque, el remedio contra la disfuncion erectil
Pero es el momento de dar a conocer a esta masa de población masculina la noticia de que la disfuncion erectil ya tiene un tratamiento súper eficaz y carente de riesgos. Es la aplicación de ondas de choque de baja energía, un procedimiento vanguardista que, en síntesis, consiste en administrar pulsaciones de ondas de alta frecuencia sobre los cuerpos cavernosos del pene. Los efectos de estas ondas, que se transmiten a la velocidad del sonido, se traducen en estimular el desencadenamiento de un fenómeno conocido como angiogénesis o formación de nuevos vasos sanguíneos a partir de otros ya presentes.
Después de sólidas investigaciones ha podido contrastarse que el tejido de los cuerpos cavernosos del pene experimenta una reacción de neovascularización que busca compensar ese déficit de riego sanguíneo que padecen quienes sufren este trastorno. Ha llegado a cuantificarse la mejora de ese flujo sanguíneo en un 140 %, determinante en la consistencia de la rigidez del pene junto con la relajación del endotelio o capa íntima de los vasos. A su vez, ese aumento de vascularización es, en buena medida, consecuencia de un incremento del número de fibras musculares en los cuerpos cavernosos.
Alto porcentaje de eficacia
En pacientes cuyo problema de impotencia tiene origen vascular, este tratamiento acredita una efectividad aproximada del 80 %. Debe entenderse por efectividad la recuperación de la funcionalidad sexual plena suprimiendo la medicación que estuviese tomándose o haciendo uso del fármaco en dosis reducidas en aquellos casos en los que la disfuncion erectil era más severa.
Una de sus principales ventajas, además de su inocuidad y rapidez de ejecución, es que resulta compatible con situaciones tan frecuentes como diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, obesidad, insuficiencia renal crónica y cualesquiera enfermedades que afecten al aparato circulatorio.
Este tratamiento, que entre otros centros sanitarios se aplica en la clínica Rozalén, se administra en 3-5 sesiones (2500 disparos/sesión) separadas por una semana.
Sin duda, una solución terapéutica fácil, cómoda y segura para un problema que puede acarrear un lastre psicológico.