LA IMPORTANCIA DE LA FISIOTERAPIA EN EL CÁNCER DE MAMA

CIRUGÍA DE CONSERVACIÓN MAMARIA:

Las opciones quirúrgicas para resecar el tumor en estadios I y II y así preservar una porción de tejido mamario son: la tumorectomía (extirpación del tumor de mama eliminando también el tejido a su alrededor), mastectomía segmentaria (extirpación de un segmento mamario incluyendo el tumor llegando hasta la aponeurosis del pectoral mayor) y cuadrantectomía (se extirpa un cuarto de la mama).

MASTECTOMÍA:

La mastectomía es la extirpación de la totalidad de la mama, como resultado del tratamiento quirúrgico del cáncer de mama. Generalmente se acompaña de la linfadenectomía (resección o irradiación de los ganglios linfáticos regionales) para evitar una posible metástasis. Además, esta operación puede incluir la extirpación de la fascia, capa que recubre los músculos torácicos. En algunos casos puede ser necesaria una mastectomía radical con extirpación de los músculos pectorales y los ganglios linfáticos localizados debajo del pectoral menor o alrededor de la clavícula.

RADIOTERAPIA:

La radioterapia puede inducir a fibrosis de los tejidos de la región axilar, con obstrucción de los conductos linfáticos y acumulación de la linfa en el brazo y la mano del mismo lado.

Además, puede haber limitación de los movimientos del hombro a consecuencia del dolor asociado con la incisión, la cicatrización de la herida y la aparición de ulceraciones cutáneas secundarias a la radioterapia y de falta de actividad en los músculos de la zona afectada.

¿QUÉ PUEDE OCURRIR AL COMENZAR EL TRATAMIENTO?:

Muchos de los trastornos mencionados a continuación están interrelacionados y se deben considerar conjuntamente en la planificación de un programa de rehabilitación posoperatoria.

Circulatorios: por el reposo postoperatorio.

Pulmonares: por evitar respirar mucho o toser debido al dolor que produce la cicatriz.

Dolor: en la zona de la incisión y en la región cervical posterior y la cintura escapular.

Linfedema: La disección axilar y la resección de los ganglios linfáticos interrumpe y obstaculiza la circulación linfática, lo que a su vez puede conducir al linfedema. Las pacientes tratadas con cirugía de conservación mamaria sin disección de los ganglios linfáticos también presentan el riesgo postoperatorio de linfedema y limitación de la movilidad del hombro, lo que se debe a la radioterapia y la necesidad de efectuar la biopsia de, al menos, un ganglio linfático.

Adherencias: en la pared torácica.

Limitación en la movilidad del hombro: por los músculos que pueden estar afectados.

Debilidad del miembro superior afectado: si hay una alteración de alguno de los nervios durante la operación o durante la biopsia (que se quita algún ganglio) produciendo esa pérdida de fuerza.

Desalineación postural: a causa de un cambio en la curvatura de la columna y/o de alteraciones en la movilidad del hombro ya que se encontrará rotado internamente.

Fatiga y disminución de la resistencia: debido a los problemas respiratorios o al querer protegerse del dolor que produce la cicatriz.

Consecuencias psicológicas: lo que supone tanto para la paciente como la familia el miedo a que vuelva a aparecer el tumor o el verse sin una mama.

¿QUÉ HACEMOS DESDE LA FISIOTERAPIA?

– Preparar a la paciente para el autotratamiento posoperatorio: si le vemos antes de la operación, le enseñaremos movilizaciones de brazo.

– Enseñar a proteger la cicatriz al toser mediante una respiración profunda máxima y tos eficiente.

– Prevenir o reducir el linfedema post operatorio: para ello debe dormir con el brazo elevado 30º).

– Prevenir alteraciones posturales.

– Prevenir las contracturas musculares y la defensa en la zona del cuello: ejercicios de movilización de hombro y hacer movimientos de tronco y así evitar contracturas.

– Prevenir la limitación de la movilidad de la extremidad superior.

– Recuperar la fuerza y la función de la extremidad afecta.

– Aumentar la tolerancia al ejercicio y prevenir la fatiga: hacer ejercicios de cardio como caminar o la piscina evitando la sobrecarga.

CONSIDERACIONES ESPECIALES:

– Se deberá tener extremada precaución hasta que se retiren los drenajes y cicatrice la herida.

– Indicar a los pacientes las precauciones, prevención y auto tratamiento del linfedema (evitar ropa ajustada, etc).

– Programa de ejercicios posoperatorios, incorporado al programa de manejo descongestivo linfático y centrado en tres aspectos principales: esto se hará con el objetivo de mejorar la función escapular, recuperar el desempeño físico y prevenir o tratar el linfedema. Estos deben ser:

  • Ejercicios tempranos del hombro.
  • Si bien los ejercicios de fortalecimiento (no más de 0,5 kg de peso y cuando se recupere no más de 1 kg o usar bandas elásticas) y el acondicionamiento aeróbico son importantes para mejorar la función de la extremidad superior afectada y el estado de ánimo, es necesario que la intensidad de la actividad sea MODERADA.
  • Progresión gradual y lenta en la dificultad, evitando fatiga y ahorrando energía, especialmente si el paciente está en tratamiento de quimioterapia o radioterapia.
  • Combinar distintas intervenciones, como ejercicios, masajes y uso de dispositivos compresivos en un plan de tratamiento integral (DLM+ejercicios+compresión).

EJERCICIOS:

Ejercicios de respiración profunda: para movimientos costales al encontrare la zona retraida por la cicatriz.

Ejercicios de flexibilidad: no se deberá sentir dolor, solo tirantez.

Ejercicios de fortalecimiento: con peso o con la gravedad.

Ejercicios de acondicionamiento: caminar (favorece la circulación y disminuye la fatiga), natación. Se debe controlar la frecuencia cardiaca (no debe superar los 80).

Ejercicios de drenaje: son recomendables en casa 20-30 minutos dos veces al día. Antes de hacer estos ejercicios debe hacer ejercicios de respiración diafragmática o incluso trabajar a nivel costal si está muy retraído (para relajarse). Debe tener a mano los elementos y materiales necesarios para hacerlos.

PAUTAS DE REALIZACIÓN DE LOS EJERCICIOS:

– Hacer los ejercicios con las medidas de compresión.

– Debe seguir la secuencia correcta al hacer los ejercicios.

– Debe hacer movimientos activos y repetitivos y lentos.

– Debe mantener los brazos y piernas por encima del corazón durante el ejercicio.

– Combinar ejercicios de respiración profunda con movimientos activos de la cabeza, el cuello, el tronco y los miembros.

– Comenzar con pocas repeticiones y aumente gradualmente las repeticiones para evitar la fatiga muscular.

– No llegar al punto en que los ejercicios provoquen dolor en la extremidad edematosa.

– Incorporar los automasajes a la secuencia de ejercicios para optimizar el drenaje linfático.

– Mantener una postura correcta durante todos los ejercicios.

– Si se complementan los ejercicios de drenaje linfático con ejercicios de fortalecimiento, utilizar pesos bajos y evitar la fatiga muscular excesiva.

RECOMENDACIONES TRAS REALIZAR LOS EJERCICIOS:

– En la medida de lo posible, descansar con la extremidad sobre-elevada durante 30 minutos.

– Programar varias sesiones por semana de ejercicios aeróbicos de baja intensidad, como la ambulación o el ciclismo durante 30 minutos.

– Vigilar atentamente la aparición de indicios de enrojecimiento o tumefacción del miembro edematoso; estas manifestaciones pueden reflejar un aumento excesivo de la intensidad de la actividad física.

Autora: Mónica Guerra Jiménez

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