La lesión de SLAP se trata de una de las patologías más frecuentes del hombro, y corresponde a las siglas de «Lesión Labral de Anterior a Posterior» en inglés, es decir, es una lesión del labrum. El SLAP supone una rotura del labrum del hombro al tendón del bíceps, tanto en la parte delantera como en la trasera. En este post descubrirás qué es esta lesión y cómo se produce, sus tipos, cuáles son síntomas y el diagnóstico y tratamiento de la misma.
¿Qué es una lesión de SLAP en el hombro?
La lesión SLAP se trata de una lesión de la parte superior del labrum glenoideo del hombro, una estructura formada por fibrocartílago articular que protege la articulación del hombro ya que envuelve el rodete glenoideo (cabeza del húmero) de la articulación, permitiendo el movimiento como un rodete. El labrum también se encuentra en la articulación de la cadera.
La lesión de SLAP puede involucrar a este labrum que rodea el rodete articular de la cavidad glenoidea del hombro, tanto a nivel anterior como posterior, pero también puede afectar a la inserción del tendón de la cabeza larga del bíceps braquial.
A pesar de tratarse de una lesión deportiva bastante habitual, es una de las lesiones de hombro menos frecuente relacionada con el dolor de hombro, con una incidencia de 3,4 a 26% en la población en general, siendo más frecuente en los deportistas de lanzamiento.
¿Cuáles son los tipos de lesión de SLAP?
Existen varios tipos de clasificaciones de la lesión de SLAP, pero la más empleada engloba 4 tipos de lesión. Se puede dar más de una lesión de SLAP al mismo tiempo, pero la clasificación es la siguiente:
- Tipo I: se da una afectación del labrum superior sin rotura del mismo y con el tendón del bíceps intacto.
- Tipo II: es la más frecuente y está asociada a microtraumatismos repetitivos, cn afectación del labrum superior y el tendón de la cabeza larga del bíceps braquial, que se encuentran desprendidos de la glenoides.
- Tipo III: se presenta como una lesión en asa de cubo, sin afectación del tendón del bíceps, y puede causar síntomas mecánicos en función de la gravedad de la misma.
- Tipo IV: aparece por una lesión del labrum superior en asa de cubo, pero aquí sí que hay afección de la raíz de la porción larga del bíceps.
¿Cómo se produce la lesión de SLAP?
El labrum puede lesionarse de muchas maneras y por diversos mecanismos, habitualmente por traumatismos agudos o movimientos repetidos del hombro.
Generalmente, las personas de riesgo de padecer dicha patología son deportistas de lanzamiento, por ejemplo jugadores de balonmano, waterpolo o beisbol, además de personas que practican movimientos de repetición en el trabajo o durante el entrenamiento.
Las causas más habituales son:
- Una caída sobre el brazo extendido
- Un accidente de tráfico
- Lesiones deportivas y movimientos rápidos o fuertes del brazo cuando está por encima del nivel del hombro. Suele ocurrir en deportes que implican lanzamientos o cargas por encima de la cabeza, como en el caso del tenis, natación, voleibol, béisbol, powerlifting, crossfit, etc.
- Patología degenerativa de manguito rotador
- Luxación o dislocación de hombro
Sin embargo, muchas lesiones SLAP no ocurren por traumatismos o movimientos repetidos como una lesión aguda, que es más habitual en personas jóvenes, si no que surgen por el desgaste del rodete articular que ocurre lentamente con el paso del tiempo. En los pacientes de más de 30 a 40 años, el desgarro o desgaste del rodete articular superior puede presentarse como un proceso normal del envejecimiento.
Síntomas de la lesión de SLAP
Los síntomas de una lesión de SLAP pueden variar en función del tipo, la gravedad y evolución de la misma. Sin embargo, existen una serie de síntomas comunes en los pacientes con una lesión SLAP, que suelen ser parecidos a los que muchos otros problemas de hombro:
- Dolor en la zona del hombro al moverlo o al mantenerlo en posiciones específicas, que puede llegar a extenderse por el brazo y la parte superior de la espalda.
- Sensación de bloqueo, descolocación, retención o fricción.
- Pérdida del rango de movimiento en el hombro, especialmente en la rotación interna.
- Disminución de la fuerza del hombro.
- Incremento del dolor al realizar actividades deportivas, sobre todo en los deportes de lanzamiento.
- Dolor al levantar objetos y cargas por encima de la altura del hombro.
- Sensación de inestabilidad al levantar el brazo e implicar el hombro.
¿Cómo se diagnóstica el SLAP?
El médico especialista o el fisioterapeuta lo primero que hará será realizar una anamnesis e historia clínica para ver cuáles son tus síntomas, cómo empezaron, cómo se agravan, etc. En caso de que recuerdes una lesión o actividad específica que haya causado el dolor en el hombro, esto puede ayudar a diagnosticar la patología.
Por otro lado, se debe realizar una correcta exploración física para hacer un diagnóstico diferencial, ya que los síntomas y muchas de las pruebas de provocación pueden confundirse con otras patologías como una lesión del manguito rotador, una rotura del tendón supraespinoso o una dislocación.
Dicha exploración física se basará en una evaluación del rango de movimiento, la fuerza y la estabilidad de hombro, principalmente. Además, se suelen realizar pruebas específicas colocando el brazo afectado en distintas posiciones para intentar reproducir los síntomas.
En ocasiones, un especialista en traumatología puede recomendar confirmar dicha lesión con pruebas complementarias como una radiografía o una resonancia magnética.
¿Cómo se trata esta lesión desde la fisioterapia?
En la mayoría de los casos, el tratamiento para una lesión SLAP es conservador, es decir, que la cirugía es muy poco frecuente en esta patología.
Como tratamiento conservador, el reposo relativo y la medicación forman la primera opción cuando el profesional sospecha de una lesión de SLAP. Habitualmente se suelen recetar medicamentos antiinflamatorios no esteroideos para controlar la inflamación y reducir el dolor.
Una vez pasa esta primera fase se recomienda comenzar con fisioterapia con el fin de recuperar la movilidad, la fuerza, la estabilidad y la funcionalidad del hombro y de todo el miembro superior para las tareas del día a día. Esto incluye técnicas de terapia manual y electroterapia y, sobre todo, el ejercicio terapéutico gradual. En el caso de que el paciente sea deportista, también habrá que realizar una readaptación a la actividad deportiva.
De no resultar efectivo el tratamiento conservador, o bien en casos en que el daño inicial es muy elevado, el experto en traumatología podrá pautar o recomendar cirugía. La artroscopia es la técnica quirúrgica que se usa con mayor frecuencia para tratar una lesión SLAP.
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Autora: Paula del Toro (Fisioterapeuta)