Cómo aplicar el hielo en lesiones y patologías. Crioterapia.

La crioterapia, o terapia con frío, es una herramienta ampliamente utilizada en fisioterapia como parte del tratamiento de lesiones musculoesqueléticas. Su aplicación adecuada puede aliviar el dolor, reducir la inflamación y acelerar la recuperación. Sin embargo, es fundamental comprender cómo y cuándo utilizar el hielo de manera efectiva para evitar posibles efectos adversos.​

¿Qué es la crioterapia?

La crioterapia es una técnica terapéutica que utiliza el frío con fines médicos y terapéuticos. En fisioterapia, se emplea para aliviar el dolor, reducir la inflamación y promover la recuperación en diversas condiciones musculoesqueléticas y deportivas. El tratamiento implica la aplicación controlada y localizada de frío a la zona afectada del cuerpo, mediante bolsas de hielo, compresas frías, criomasaje, baños fríos o cámaras de crioterapia.

En Clínica Rozalén, se aplica principalmente a través de cold-packs, que son paquetes o bolsas de frío para aplicar de forma localizada en la zona correspondiente. Normalmente no se aplica directamente en la piel si no con una toalla para que no llegue demasiado frío a la piel y pueda generar una quemadura.

¿Cómo actúa el frío en nuestro cuerpo?

La aplicación de frío desencadena varias respuestas fisiológicas en el cuerpo:​

  1. Vasoconstricción y respuesta antiinflamatoria: Los vasos sanguíneos se contraen, reduciendo el flujo sanguíneo hacia el área afectada. Esto disminuye la cantidad de sangre y, por lo tanto, de fluidos inflamatorios que llegan al tejido lesionado, ayudando a reducir la hinchazón y la inflamación.​ Además, la exposición al frío provoca una respuesta antiinflamatoria del sistema inmunitario, lo que ayuda a limitar la liberación de sustancias proinflamatorias y enzimas que pueden dañar el tejido.​
  2. Reducción de la actividad metabólica: El frío disminuye la velocidad de las reacciones metabólicas y enzimáticas en las células, lo que puede ser beneficioso para controlar la inflamación y el dolor.​
  3. Disminución de la conducción nerviosa: La aplicación de frío puede ralentizar la conducción nerviosa, lo que contribuye a una sensación de alivio del dolor en la zona tratada.​
  4. Estimulación del sistema nervioso autónomo: El frío estimula el sistema nervioso autónomo, lo que puede tener efectos positivos en la recuperación y la regeneración del tejido.
  5. Vasodilatación reactiva: Después de retirar el frío, se produce una vasodilatación reactiva, es decir, una expansión de los vasos sanguíneos en la zona tratada. Esta respuesta aumenta el flujo sanguíneo y promueve la circulación, lo que es beneficioso para el suministro de nutrientes y oxígeno a los tejidos, y ayuda a eliminar los productos de desecho.​

¿Para qué patologías está indicada la crioterapia?

La crioterapia es ampliamente utilizada en fisioterapia para tratar diversas patologías y lesiones. Algunas de ellas son:

  1. Lesiones deportivas: Es común en el ámbito deportivo utilizar la crioterapia para el manejo de esguinces, distensiones musculares, contusiones y tendinitis. El frío puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor después de una lesión deportiva aguda y así poder continuar jugando un partido, por ejemplo.
  2. Osteoartritis: En casos de artritis y osteoartritis, la crioterapia puede proporcionar alivio del dolor y reducir la inflamación en las articulaciones afectadas.​
  3. Bursitis: La inflamación de las bursas (bolsas llenas de líquido que actúan como cojines entre tendones y huesos) puede beneficiarse crioterapia para disminuir la hinchazón y el dolor.​
  4. Tendinitis: La crioterapia puede ser efectiva para reducir una inflamación excesiva en los tendones y aliviar el dolor asociado.
  5. Espasmos musculares: En casos de espasmos musculares, la aplicación de frío puede ayudar a relajar los músculos tensos y disminuir el dolor.​
  6. Síndrome del túnel carpiano: En este trastorno que afecta la muñeca y la mano, la crioterapia puede ser útil para reducir el dolor y la inflamación en la zona.​
  7. Postoperatorio: Después de ciertas cirugías ortopédicas, se puede utilizar la crioterapia para reducir la hinchazón y mejorar la recuperación.​

La crioterapia no está indicada para todas las condiciones, y en algunos casos, como en personas con ciertas condiciones circulatorias o sensibilidad extrema al frío, puede estar contraindicada. Siempre es aconsejable consultar a un fisioterapeuta o profesional de la salud antes de someterse a cualquier tratamiento de crioterapia.​

¿Por qué el frío puede acabar quemando?

Cuando aplicas algo muy frío directamente sobre la piel durante demasiado tiempo, se puede producir lo que se llama una quemadura por frío o quemadura por congelación. Aunque el término sea “quemadura”, no es por calor, sino por daño celular, y el resultado en la piel se parece mucho a una quemadura térmica.

Como hemos mencionado antes, al aplicar el hielo ocurre una vasoconstricción de los vasos sanguíneos, donde los vasos se contraen para conservar el calor corporal. Pero, si el frío persiste, el riego sanguíneo se reduce tanto que las células no reciben suficiente oxígeno ni nutrientes. Pueden formarse cristales de hielo en los tejidos que acaben rompiendo las membranas celulares y, en casos muy muy graves puede acabar en una muerte celular y necrosis, lo que se traduce en una “quemadura”.

Algunos signos de quemadura por frío son:

  • Enrojecimiento inicial, seguido por palidez
  • Dolor o entumecimiento
  • Ampollas (en casos más serios)
  • Pérdida de sensibilidad
  • Piel dura o cerosa

¿Cómo hay que aplicar la crioterapia para prevenir una posible quemadura por frío?:

  • Preferiblemente no aplicar hielo directo sobre la piel; siempre usar una toalla o paño para proteger.
  • Tiempo limitado: de 10 a 20 minutos por aplicación suele ser lo más seguro.
  • Descansos entre sesiones: dejar que la piel se recupere antes de una nueva aplicación, repitiendo como mucho cada 2 a 3 horas.
  • Elevación y compresión: Combinar la aplicación de frío con la elevación y compresión de la zona lesionada puede mejorar los resultados.
  • No dormir con el hielo puesto: Puede parecer obvio, pero en ocasiones las personas se aplican hielo al final del día y, si se quedan dormidas con él, corren riesgo de sufrir quemaduras por frío o daño en la piel y tejidos blandos.
  • Evitar en personas con sensibilidad al frío: Aquellos con condiciones como la enfermedad de Raynaud deben evitar la aplicación de frío.​
  • No aplicar en áreas con circulación comprometida: La crioterapia puede empeorar la circulación en estas zonas.​

No abuses del uso del hielo

Durante décadas, el protocolo más recomendado tras una lesión aguda fue el conocido método RICE (Rest, Ice, Compression, Elevation), que proponía reposo, aplicación de hielo, compresión y elevación de la zona lesionada. Sin embargo, la evidencia científica más reciente ha comenzado a cuestionar algunos de estos pasos, en especial el uso excesivo del hielo.

¿Por qué se ha desactualizado el método RICE?

Cuando una lesión ocurre, el cuerpo inicia de manera natural un proceso inflamatorio. Este proceso no es, como se pensaba anteriormente, algo negativo a eliminar rápidamente, sino que es un paso fundamental y necesario en la regeneración del tejido. La inflamación promueve la llegada de células inmunes, factores de crecimiento, oxígeno y nutrientes que inician la reparación celular.

Aplicar frío de forma excesiva durante esta fase puede ralentizar o interferir en ese proceso natural, especialmente si se realiza de forma continua durante muchas horas o días. El hielo reduce la vasodilatación, la actividad metabólica y la llegada de células reparadoras al tejido, lo que en algunos casos puede traducirse en una recuperación más lenta y menos eficiente.

El hielo como analgésico, no como antiinflamatorio

Esto no significa que el hielo deba abandonarse por completo. Utilizado con criterio clínico y en dosis adecuadas, sigue siendo una herramienta valiosa, sobre todo en las primeras 24-48 horas tras una lesión, cuando el dolor y la hinchazón son muy intensos.

En estos casos, el hielo actúa como analgésico natural, ayudando a reducir el dolor sin necesidad de medicamentos, permitiendo un descanso más cómodo y favoreciendo que el paciente pueda moverse mejor, lo que también es clave para la recuperación.

Sin embargo, pasadas esas primeras horas, su uso debe disminuir o eliminarse, especialmente si la lesión no es muy grave y el cuerpo puede llevar a cabo sus procesos de curación sin necesidad de intervención constante. Lo ideal es que el hielo no se utilice de forma sistemática ni durante días seguidos sin evaluación profesional.

Comparación con los antiinflamatorios

La reflexión sobre el abuso del hielo es similar a la que se hace con el uso de fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Aunque estos medicamentos pueden aliviar el dolor y la inflamación, se ha visto que su uso prolongado o sistemático puede alterar negativamente el proceso natural de curación del cuerpo, sobre todo en lesiones musculares o tendinosas. El hielo, aunque no tiene efectos sistémicos, puede tener un efecto parecido si se utiliza mal.

Por tanto, tanto el hielo como los fármacos deben usarse con conocimiento, control y siempre con un objetivo terapéutico claro: aliviar síntomas sin entorpecer el proceso de curación.

En conclusión, la crioterapia sigue siendo una herramienta útil en el manejo de lesiones musculoesqueléticas, pero como cualquier técnica terapéutica, su eficacia depende del contexto y la forma en que se utiliza. Y recuerda que no debe de abusarse del uso del hielo ya que la inflamación es buena y necesaria para recuperarnos de una lesión. Además, no sustituyas con hielo la necesidad de movimiento, activación progresiva y trabajo de rehabilitación. El hielo, bien utilizado, puede ayudarte. Mal usado, puede convertirse en un freno silencioso a tu recuperación.

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Academy, U. S. (2020). The R.I.C.E Protocol is a MYTH: A Review and Recommendations. The Sport Journal. https://thesportjournal.org/article/the-r-i-c-e-protocol-is-a-myth-a-review-and-recommendations/

Autora: Paula del Toro (Fisioterapeuta)

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