El calambre muscular, también conocido coloquialmente como «rampa» en algunas zonas de España, se trata de un fuerte y súbito dolor producido por un espasmo muscular involuntario. Muchos de nosotros los hemos sufrido en alguna ocasión, especialmente cuando realizamos una actividad intensa. Pero, los calambres pueden aparecer en cualquier momento, incluso mientras dormimos.
- ¿Por qué aparecen los calambres?
Si los padeces a menudo, seguro que te has hecho esta pregunta con frecuencia, pero no podemos responderte de un modo contundente. Existen varios motivos, o al menos varias teorías, que explican su aparición:
- La teoría popularmente más extendida argumenta que la aparición de los calambres se debe al exceso de acumulación de ácido láctico en un músculo en concreto. El ácido láctico es un compuesto químico que al ser acumulado tiene gran influencia en el cansancio muscular.
- Otra de las teorías reconocidas se basa en la contracción y relajación de los músculos agonista y antagonista. Este proceso está mediado por dos tipos de proteínas: actina y miosina. La miosina se une a la actina en la contracción y se libera durante la relajación. El proceso de relajación requiere que la miosina esté unida a una molécula de ATP (molécula usada por las células para intercambiar energía) y una de magnesio. La cantidad de ATP y magnesio disminuye durante el ejercicio, provocando que la miosina no pueda desprenderse de la actina y que el músculo no pueda relajarse, lo que facilita que se produzcan los calambres.
- La teoría que parece tener más peso en estos momentos explica que el origen de los calambres se debe a la sobrexcitación de las motoneuronas y pérdida de líquidos de una zona corporal, debida a una actividad física continua que nuestro cuerpo no está preparado para mantener durante mucho tiempo. Esta sobreestimulación nerviosa provoca una disminución de señales inhibidoras por parte del sistema nervioso central, lo que da lugar a espasmos musculares involuntarios y a los calambres.
Estas teorías nos permiten resumir que los calambres son consecuencia de un esfuerzo excesivo y mantenido. A esto deben añadirse algunos otros motivos: por un lado, una deficiente hidratación y alimentación (vitaminas y minerales) parecen tener también bastante que ver en la aparición de estos. Por otro lado, un elevado nivel de estrés puede ser un motivo suficiente para llegar a producir calambres.
Tal como hemos mencionado al principio de este artículo, muchas veces tenemos calambres nocturnos y, aunque los científicos no se ponen muy de acuerdo con su causa, es posible que se deban a una hidratación y alimentación deficiente (factor que cada vez está más cuestionado, aunque no cabe duda que tiene cierta relevancia), o a que exista una actividad muscular nocturna, porque: ¿cuántas veces nos hemos despertado por una pesadilla en la que caemos al vacío o por patear la mesita de noche soñando que jugábamos a fútbol?
A diferencia de lo que la mayoría de gente piensa, el cuerpo no está completamente en reposo cuando dormimos, hay muchas personas que tensan la musculatura mientras duermen de un modo involuntario, normalmente debido a nervios o estrés. Cuando hacemos esto, el cuerpo no realiza el proceso de regeneración de tejidos de un modo tan eficiente y se produce una sobreestimulación nerviosa que da lugar a los calambres. También debemos de tener en cuenta que estos calambres pueden aparecer por la noche debido a un sobreesfuerzo que hemos realizado durante el día, no olvidemos que cuando dejamos de hacer ejercicio nuestro cuerpo no es una máquina que desconectamos, ese sobreesfuerzo genera una tensión muscular que permanece un cierto tiempo (variable en función del sobreesfuerzo) y puede acarrear consecuencias.